Un yatate es un conjunto de escritura japonés portátil. Hay evidencias de la existencia del yatate desde el periodo Kamakura 1185-1333. En una pintura datada en el año 1293, aparece una figura de un samurai utilizando lo que puede identificarse perfectamente con un yatate del denominado tipo Hiogi-Gata.
Se piensa, por ausencia de datos y pruebas que puedan confirmarlo, que antes del siglo XII no existía el yatate, la principal fuente que da la pista para considerar esta teoría es el Heike Monogatari; concretamente en uno de sus capítulos se alude a un conjunto, o más exactamente a uno de los elementos relacionados con la escritura portátil, que dice, “El guerrero, Kisho Yoshinaka, secretario del señor de la guerra Genji, portaba una pequeña piedra de tinta en su carcaj, con la que escribía cartas a su señor con enorme destreza”.
Este relato, entre otras fuentes, hace suponer que antes de este momento, efectivamente existían piedras de tinta sumi, de un formato menor que las utilizadas en los estudios o talleres, mucho mayores en tamaño, pero en cualquier caso y a pesar de su tamaño inferior y más cómodo de transportar, no podían considerarse conjuntos portátiles con entidad propia que aglutinasen todos los elementos necesarios en un sólo artefacto.
El conjunto que conforma un yatate, se compone de un pincel de bambú japones tradicional y un tintero con un trozo de algodón o seda que se empapa en sumi, tinta líquida.
Yatate literalmente significa "flecha soporte." La forma tradicional japonesa de escritura se realiza con un pincel denominado fude que se impregna de la tradicional tinta sumi. Antes de la invención del yatate, cada vez que había que escribir o dibujar con tinta, se tenían que preparar los materiales y la tinta a base de moler una barra de tinta con agua sobre la característica piedra suzuri. Este era el método que se utilizó durante siglos, y que todavía se utiliza en la actualidad, método que obviamente requiere de una cierta cantidad de tiempo, minuciosidad y espacio para prepara y poner a punto todos los materiales necesarios.
En muchas ocasiones, los samurai, precisaban escribir cartas e informes desde el campo de batalla, motivo por el cual portaban una pequeña piedra de moler en un compartimento en la parte inferior de su carcaj junto con las flechas. Esta pequeña piedra de moler tinta paso a denominarse como piedra de moler en la base del carcaj, o Yatate no Suzuri, para definitivamente abreviarse como yatate.
El tener que sacar la piedra de moler, la barra de tinta, y el depósito de agua cada vez que se necesitara escribir alguna carta o informe, era un problema por la enorme pérdida de tiempo que suponía y espacio que requería, y el llevar la tinta ya preparada en un contenedor también suponía dificultades pues antiguamente los recipientes no eran estancos y el derramamiento de la tinta sumi era una posibilidad muy elevada con la problemática que eso supondría, especialmente cuando se andaba guerreando.
Durante el periodo Kamakura 1185-1333, alguien tuvo la brillante ocurrencia de saturar un trozo de algodón o seda con la tinta ya líquida, lo que permitía portar tinta fresca en el interior de cualquier recipiente sin preocuparse por su estanqueidad, ya que al estar agregada en alguno de estos materiales no se encontraba en estado líquido pero si fresco, no teniendo que temer por derrames inoportunos y engorrosos y en caso de secarse, con la simple adición de un poco de agua volvería a poder ser utilizada sin problema.
Este sencillo pero a la par brillante ingenio, propició que definitivamente surgiera un conjunto de escritura completamente portátil, con las ventajas que eso conllevaba, permitiendo a partir de ese preciso instante la rápida elaboración de cualquier texto con tan sólo coger el pincel y mojar en la tinta impregnada en el algodón dentro del recipiente. Podría decirse que a partir de este momento, se habría originado la caligrafía portátil, al menos de un modo eficiente y confortable y en un objeto que por sus dimensiones podría considerarse realmente portátil.
Como es lógico, el desarrollo y producción de estos recipientes y conjuntos de caligrafía portátiles, experimentaron una evolución y existieron múltiples tipologías y formas.
En un principio, la forma más común de los conjuntos de escritura, era la de un abanico plegado, denominado, Hiogi Gata, que contenía en su interior tanto el algodón empapado en tinta como el pincel para la caligrafía.
El lugar de transporte en un origen siguió siendo el mismo, el compartimento inferior del carcaj de flechas, tal y como sucedía con las predecesoras piedras para moler tinta, por lo que del mismo modo el nombre se mantuvo como yatate.
Es indudable que la aparición de estos nuevos conjuntos de escritura supuso una revolución en los hábitos caligráficos por la comodidad que proporcionaban, pero en estos primeros modelos se daba la problemática de la escasa capacidad de tinta que proporcionaban condicionados por el diseño delgado y compacto de la tipología hiogi gata.
A medida que el yatate fue creciendo en popularidad, la demanda de contenedores de tinta más grandes trajo consigo un cambio en su forma.
Yatate del tipo Hiogi Gata.
Ya en el periodo Edo 1603-1867, casi toda la producción fue de modelos en forma de cazo, denominados Hishaku Gata, palabra que hace referencia a los recipientes en forma de cucharon utilizados para recoger agua, denominados Chozubachi y ubicados en la entrada de los santuarios Shinto, lo que en un yatate equivale a un tubo para el pincel, y un bote de tinta Sumi Tsubo, que se abría por medio de unas pequeñas bisagras, y con una capacidad para tinta notablemente superior a la de sus predecesores.
Originalmente fue utilizado exclusivamente por los samurai, pero con el tiempo el yatate se hizo muy popular entre comerciantes, académicos y el resto de la gente de a pie. El lugar de transporte y al que debían su nombre, ya no era necesariamente el carcaj de flechas de los guerreros, y el tipo de transporte de estas piezas cambió adaptándose a la vida civil pasando a llevarse prendido del obi como un sagemono más. En cualquier caso los tinteros conservarían su nombre primigenio de yatate pues su origen estaba estrechamente vinculado a los carcaj de flechas de los samurai.
A pesar de que existen evidencias del transporte del yatate en el obi del kimono, del mismo modo que otros sagemono como los inro, tonkotsu, kinchaku… sujetos por mediación de un netsuke que mantiene prendida la pieza con la ayuda de un cordel por el cual se desliza para ajustarlo, son mayoría las evidencias reflejadas en múltiples grabados, que muestran que la forma más popular y generalizada de portar el yatate, era sencillamente sujeto de forma directa entre los pliegues del obi con el fin de facilitar un uso rápido y directo que además, por tratarse de un objeto pesado, evitaría posibles daños y lesiones a su portador propiciadas por el penduleo que pudiera ocasionarse al caminar por estar suspendido de un cordel.
Yatate del tipo Hishaku Gata. Colección Artenihonto.
El cuidado por el detalle, tan característico en todas las artes y manufacturas exquisitas japonesas, es apreciable en los yatate y en el modo en que cada portador lo llevaba e incluso utilizaba. Se piensa que los yatate con la apertura de la tapa hacia la derecha fueron utilizados por los samurai, los cuales llevaban la espada en el lado izquierdo, reservando el derecho para el yatate y otros sagemono, mientras que los yatate con la apertura de la tapa a la izquierda eran propios del resto de personas que llevaban siempre el yatate en el lado izquierdo ya que no tenían permitido portar espada. Evidentemente esto no es una regla exacta ni mucho menos, ya que muchos yatate se fabricaban obedeciendo a gustos tanto del cliente como del artista, por lo que la apertura podría ser aleatoria según capricho, incluso las clases no samurai podían portar espadas cortas, en ocasiones meros ornamentos suntuosos, (sólo la espada larga, daito, era permitida al samurai), que llevarían también en el lado izquierdo obligando a portar el yatate en el derecho, o simplemente como se evidencia en algunos grabados por el simple hecho de que mucha gente tenía predilección por llevarlo en la parte trasera, en la espalda.
Tanto por la mencionada norma de que sólo el samurai podía llevar espada, y en el caso de quien no pudiera ni tan siquiera llevar una pequeña daga o tanto, en ocasiones se veían yatate algo más peculiares por ser de gran formato, que llegado el caso perfectamente harían la función de arma contundente con la que asestar porrazos si fuera necesario e incluso incluyendo rarezas como pequeños cuchillos o estiletes ocultos.
A pesar de todas estas posibilidades, puede decirse por las muestras existentes, especialmente en los grabados, que el yatate es sin duda el sagemono menos utilizado y conocido, incluso menos que los inro, siendo los más comunes y frecuentes las pipas de fumar kiseru, la bolsa de picadura tabakoire y las bolsas para monedas kinchaku, un tipo de talego generalmente de cuero o tela ornamentada.
Como se ha comentado, el portar yatate de forma cotidiana no era demasiado común, sí eran por contra, piezas esenciales para viajeros habituales, siendo un instrumento casi fundamental que les permitía elaborar cartas y documentos que enviar a sus familiares o para redactar elaborados diarios de viaje.
Muchas obras maestras de la literatura del periodo Edo deben su existencia al uso del yatate, ya que multitud de artistas viajeros pudieron crear sobre la marcha de sus viajes preciosos y detallados cuadernos de viaje con bellas descripciones y dibujos.
A simple vista el yatate parece un objeto sencillo, fruto de la unión de un tubo a modo de mango y un pequeño contenedor para albergar el algodón con la tinta sumi, pero en realidad en ocasiones se trata de piezas mas complejas que contienen compartimentos adicionales en los que se insertan cuchillos en miniatura, el kami-kiri, una pieza de especial relevancia para preparar y cortar el papel a utilizar, pinzas de precisión o punzones.
Para su elaboración se utilizaron una gran variedad de materiales, tales como el cobre, bronce, oro, plata, hierro, Shibuichi, Sentoku, Shakudo, marfil, bambú, ratán o porcelana. Acompañándose de multitud de decoraciones, diferentes en riqueza obviamente según el encargo, como el raden madreperla, incrustaciones de marfil o makie.
El yatate, era parte de la vida diaria y no sólo por su funcionalidad , como muchos otros objetos del momento, especialmente de la bulliciosa vida social del periodo Edo, también se convirtió en un accesorio de moda meramente estético más allá de su función práctica. En torno a la mitad del periodo Edo, hubo una prohibición relacionada con el lujo que afectaba a la ropa y otros objetos, pero de la cual el yatate quedaba exento, por lo que quien tenía el dinero para pagar, invertía grandes sumas en encargar yatate sublimes con los que ostentar su poderío económico dentro de la legalidad, algo que sucedió con la mayoría de sagemono siendo los inro el ejemplo paradigmático de refinamiento.
Tal prohibición benefició de modo cualitativo la producción de yatate, y muchos artistas comenzaron a experimentar y a desarrollar diseños espectaculares de yatate emulando la forma de pequeñas espadas, flechas, flautas o con brújulas y otros mecanismos incorporados.
Yatate con brújula. Coleccion Yatate con forma de pistola.
Artenihonto.
Avanzado el periodo Edo, durante la era Kansei 1789-1801, surge otra de las grandes tipologías de yatate existente, la conocida como Inro-Gata, caracterizada por estar el tubo que alberga el pincel y el contenedor de la tinta separados y unidos generalmente por una cadena o tira de piel. Este diseño favorecía el prendimiento del yatate al obi, pasando por un lado el mástil y dejando suspendido hacia el frente la parte del depósito de tinta como si de una caja inro se tratase. A pesar de esto, el tipo Inro-Gata no se prolongó demasiado en el tiempo y se volvió a utilizar como tipología preponderante la de cazo de una sola pieza lo que convierte a los modelos Inro-Gata en piezas más inusuales y poco comunes en la actualidad.
A finales del periodo Edo y ya entrado el periodo Meiji, se dio otra modelo, que en gran medida estuvo condicionada por la moda occidental que se había introducido en el país por influencia de los países europeos. Los yatate de tipo bolsillo, de tamaños reducidos, no más de 8 cm de largo, lo que favorecía que fuesen guardados con facilidad en un pequeño bolsillo de la ropa. El tamaño condicionaba como es evidente el tamaño del pincel, por lo que en estos modelos se incluía un pincel telescópico, generalmente realizado en metal que fácilmente se podía escamotear en el interior de la pieza. Su existencia no fue demasiado prolongada ya que su nacimiento y auge coincidió con la introducción de la estilográfica en Japón.
A pesar de que determinadas formas estuvieran más de moda en determinados momentos, no implica que las anteriores dejaran de realizarse, motivo por el cual a la hora de enfrentarse a una identificación y datación de una pieza determinada, la tipología por sí sola no es factor determinante que permita concretar un periodo exacto.
Yatate Inro Gata. Colección Artenihonto, y Yatate "tipo bolsillo", pincel telescópico.
Es también en este punto más tardío del periodo Edo, cuando muchos artistas dieron un giro en la utilización de materiales, comenzando a sustituir de forma paulatina el predominante latón por la aleación de cobre y oro conocida como Shakudo, tan típicamente japonesa que podría considerarse un invento japonés. En un principio el Shakudo muestra un aspecto muy similar al cobre, pero con el tiempo y según va adquiriendo la pátina que el paso de los años otorga, se torna en la superficie a un bello color púrpura oscuro, casi negro, cargado de matices finísimos según incida la luz. Este fenómeno se debe adición del oro en el cobre, que evidentemente es en un porcentaje mucho menor, pero lo suficiente como para lograr este efecto que podríamos designar cuasi pictórico y que además evita la indeseable oxidación verde del cobre.
A pesar de ser el metal el material predominante en la producción de yatate, son muchos y muy variados los materiales que fueron empleados, existiendo ejemplos de piezas realizadas en hueso, porcelana, marfil, madera, bambú y muchos más.
Ya iniciado el siglo XX, se introdujo en Japón desde occidente un invento que poco a poco iría relegando el uso del yatate, se trata de la pluma estilográfica, sin embargo y a pesar de las incuestionables ventajas prácticas que proporcionaba la pluma estilográfica, muchas personas fueron reticentes a abandonar el uso del yatate, bien por ese punto romántico histórico e incluso porque en ningún caso la estilográfica transmitía la sensación en la escritura que otorgaba un pincel tradicional, ya que a pesar de que aunque algunas estilográficas tenían complejas puntas y plumines de oro muy flexibles, ninguna podía compararse con la libertad y variedad en el trazo y de la expresividad que otorgaba la línea trazada por un pincel de pelo, especialmente para el dibujo así como para la compleja escritura de los elaborados caracteres japoneses.
Es tal la importancia el calado que dejo este objeto en la historia cultural caligráfica, que incluso en la actualidad el yatate es muy popular entre artistas y calígrafos.
Es cierto que en nuestros tiempos el lugar preponderante de la pluma estilográfica es incuestionable, pero ha de tenerse en cuenta que es un objeto con poco más de cien años de historia, mientras que el yatate ha estado instaurado en la cultura escrita y pictórica japonesa durante más de 700 años.
Yatate tipo Inro Gata, detalle decorativo de samekaga, piel de raya en el reverso. Periodo Edo. Colección Artenihonto.
Yatate Hishaku Gata, Su enorme tamaño (más de 30cm), lo convertía en un arma de impacto de consideración, lo que se complementaba con el estilete oculto en la parte posterior del mango. Periodo Edo. Colección Artenihonto.
Yatate Hishaku Gata. Realizado en suaka con decoración a base de nielado de plata. Pieza firmada por el artista, Ryu Bun Do, perteneciente a un gran linaje de maestros artesanos del metal desde el periodo Edo. Colección Artenihonto.
Yatate tipo Hishaku Gata. Pieza muy especial realizada a partir de un fuchi con decoración de un león sagrado shishi. Un fuchi es una pieza que forma parte de la montura de la katana, el koshirae, en este caso se trata de un fuchi firmado por Yokoya Soyo, que trabajó entre 1.700-1.779 y que se caracteriza por el uso magistral de la técnica decorativa biselada, taka kiri bori siendo convertido posteriormente en yatate a finales de Edo comienzos de Meiji. momento en el que se añadió la brújula que completa el conjunto, y que por la estrella de cinco puntas que tiene hace suponer que pudo pertenecer a un miembro de la armada en algún momento.Realizado en Shakudo y cobre. Colección Artenihonto.
Yatate Hishaku Gata. Particular diseño que incluye una esfera con los símbolos zodiacales y una doble tapa que cubre una brújula y el contenedor de tinta. Periodo Edo. Colección Artenihonto.
Texto: Antonio Clemente Ferrero.
*Todas las piezas de la colección Artenihonto, están disponibles para su venta.
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